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Cómo motivar a los voluntarios

Publicado en Liderazgo de la iglesia

Los voluntarios son esenciales para el ministerio en la iglesia. El éxito de muchas iglesias radica en la fuerza y la pasión de sus voluntarios. Desafortunadamente, los voluntarios se agotan.

Si bien es cierto que 70 % de los voluntarios en organizaciones religiosas continúan sirviendo año tras año,[1] ellos son susceptibles al agotamiento. Una de las principales razones por las que los voluntarios dejan de servir es una falta de conexión o de pasión por su ministerio actual.

Así que, ¿qué se puede hacer para energizar al equipo de voluntarios y mantener viva la pasión?

Esta es una pregunta que los líderes de ministerio deben afrontar cada semana. He tenido el privilegio de servir en varias responsabilidades en la iglesia incluyendo la de Coordinador de Conexiones, conectando voluntarios con posiciones en el ministerio en mi iglesia local. Antes de este rol, serví en el ministerio de niños pequeños donde lideré un equipo de casi 200 voluntarios que trabajaban en 120 posiciones diferentes cada semana. Mi reto semanal fue el de encontrar nuevos voluntarios que sirvieran en nuestro creciente ministerio y mantener a nuestros voluntarios interesados y motivados. Claramente, estos son los dos principales retos que enfrenta cada líder de ministerio.

Quiero compartir algunas lecciones que aprendí a lo largo de los años para cultivar y fortalecer a los voluntarios en el ministerio. Algunas de estas se basan en éxitos, pero otras las aprendí en medio del fracaso. Tal vez, usted puede aprender de mis éxitos y mis fracasos.

Aquí están dos reglas que sigo cuando interactúo con voluntarios:

  • Siempre le digo a mis voluntarios cuán importantes ellos son para mí.
  • Ayudo a mis voluntarios a entender que son esenciales para llevar a cabo la misión y la visión del ministerio.

A continuación están algunas maneras prácticas de cómo lograr esto en su iglesia:

  1. Preocúpese por sus voluntarios. Dígales que su servicio es valorado. Envíe una tarjeta o un mensaje cuando sepa que han tenido una semana especialmente difícil como voluntario.
  2. Trátelos con respeto. Aun si estoy ocupado, si un voluntario me detiene en el corredor, me detengo, lo miro a los ojos y me intereso por ellos.
  3. Ore con sus voluntarios antes de cada servicio.
  4. Ore individualmente por los voluntarios durante la semana e infórmeles que lo hace. Como nos exhorta Filipenses 1:3 (NTV): «Cada vez que pienso en ustedes, le doy gracias a mi Dios».
  5. Provea estabilidad, estructura y un plan. Entrégueles un cronograma y déles suficiente tiempo para planear su servicio voluntario. Cuando entren a su oficina, no los sorprenda con tareas imprevistas. Esto funcionará por un tiempo, pero eventualmente sus voluntarios temerán entrar a su oficina porque no sabrán qué les espera.
  6. Enfóquese en lo que motiva a sus voluntarios. ¡A ellos no les interesa el dinero! No se ven motivados por las mismas cosas que un empleado, así que no los trate como a un empleado. Enfóquese en principios del reino como servir a otros, edificar el reino, ser hospitalarios con las visitas, quitar distracciones y procurar que los invitados se conecten a la adoración y conozcan a su Salvador.
  7. Fomente una cultura de voluntariado. Esta cultura debe ser comunicada y vivida por su liderazgo. Hágala parte de sus valores fundamentales. Enséñela a los recién llegados, durante el curso de membresía y desde el púlpito. Como dice Deuteronomio 6:7 (DHH): «Enséñaselas continuamente».
  8. Espere lo mejor de ellos y desafíe a sus voluntarios a dar lo mejor de sí mismos.
  9. Los voluntarios tienen diversas habilidades. Descubra la capacidad de cada uno y asígneles oportunidades apropiadas para servir.
  10. Permita que sus voluntarios escojan un ministerio que los apasione.
  11. Comunique a sus voluntarios por qué son necesarios. Hábleles de la necesidad y no se disculpe por tener una necesidad.
  12. Déles oportunidades para satisfacer una necesidad o para hacer más. Si un voluntario está inactivo, se aburrirá o se sentirá innecesario. Podría ofrecerse como voluntario en otro lugar o incluso abandonar todo.
  13. No tenga miedo de pedirle a alguien que sirva. Usted se sorprenderá de la respuesta de alguien que nunca consideró.
  14. Proteja a sus voluntarios; cuídese del voluntario que se ofrece para todo. Algunas personas responderán a cada llamado y descuidan sus propias necesidades espirituales. Tres de cada cinco voluntarios de entre 25 y 54 años son padres con hijos menores de 18 años. Ellos entienden la importancia de servir y de modelar esa virtud a sus hijos, ¡pero también necesitan tiempo para ser padres y para ser discipulados!
  15. Cuando haya cambios (y los habrá), permita que sus voluntarios tengan tiempo para procesar y digerir esos cambios. Dé oportunidad para preguntas. Si su iglesia cambia el color de los cordones de los distintivos de los voluntarios o de las camisas, habrá gente que seguramente lo lamentará. Déles la oportunidad de pasar por esa etapa.
  16. Haga que se sientan valorados. Como ejemplo, nosotros enviamos tarjetas regularmente para agradecer a las personas que colaboran, sobre todo si el voluntario respondió a una necesidad de último momento.
  17. Salude a todos los voluntarios por nombre y hágales preguntas que no estén relacionadas con su labor. Pregúnteles cómo les fue durante semana o si su familia está bien. Pregunte si disfrutaron sus vacaciones. Yo procuro estar consciente de algo personal acerca de cada voluntario.
  18. Envíe un mensaje, un correo o llame a algunos voluntarios cada semana. Dígales que está pensando en ellos y pregúnteles cómo les va. Muchas veces, el Espíritu Santo me ha instado a contactar a alguien justo en el momento de necesidad.
  19. Visite a sus voluntarios (o sus parientes) cuando estén en el hospital.
  20. Sorprenda a sus voluntarios con una atención. ¡Nada dice mejor «Te aprecio» como un chocolate!
  21. Reconozca y galardone a los voluntarios frente de otros. Me gusta el siguiente lema: «Alabe en público; exhorte en privado».

A veces el único momento para interactuar con algunos voluntarios es justo antes o después de su servicio. Tendrá que ser intencional para realmente mostrar interés e interactuar con su equipo. Nosotros logramos esto pidiendo a nuestros voluntarios que lleguen 15 minutos antes del inicio de la reunión del equipo. Durante la reunión, hacía mi mayor esfuerzo para transmitir lo mucho que apreciaba a cada persona mientras daba información importante para la semana. Intentaba compartir alguna historia positiva acerca de cómo su servicio impactó a algún niño o padre esa semana. También les recordaba por qué estaban sirviendo y para Quién es su servicio. Utilizaba esta oportunidad para recordarles que trataran a cada niño y adulto como quisieran que sus familiares fueran tratados. Finalmente, preguntaba si había peticiones de oración y orábamos juntos como grupo.

 

Otras ideas:

¿Necesita voluntarios? Quiero motivarlo a reclutar activamente a los adultos mayores de su congregación. Casi la mitad de los voluntarios de 65 años o más prefieren servir en organizaciones religiosas.[2]

¿Necesita ayuda para conservar sus voluntarios? Un estudio del Urban Institute[3] encontró cuatro prácticas clave que tienen una influencia positiva para retener voluntarios. Estas incluyen actividades de reconocimiento, entrenamiento, emparejar habilidades con posiciones (proceso de selección) y permitir que sus voluntarios recluten a otros voluntarios. No es de sorprender que el estudio concluya así: «Dejar que los voluntarios representen a una institución de caridad implica confianza, evidencia de una cultura positiva en la organización y confianza en que la institución provee una experiencia que es significativa para el voluntario».

¿Le cuesta emparejar habilidades con la necesidad? Considere una herramienta de evaluación o un cuestionario durante el proceso de reclutamiento para ayudar a los interesados a identificar las habilidades y emparejarlos con una necesidad. Aprovechar las habilidades del voluntario o su experiencia profesional puede incrementar en gran manera el valor de su aporte y brindar al voluntario una mayor satisfacción.

¿Abrumado? ¡Haga lo que pueda y pida a Dios que cubra el resto!

 



[1] La fuente de las estadísticas pertenecen al Federal Agency for Service and Volunteering [Agencia Federal de Servicio y Voluntariado]. Visite su sitio web aquí.

[2] Ibid.

[3] Mark A Hager y Jeffrey L. Brudney, “Volunteer Management Practices and Retention of Volunteers”, The Urban Institute, junio del 2004: http://www.urban.org/research/publication/volunteer-management-practices-and-retention-volunteers.

 

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