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La administración y las donaciones

Publicado en Mayordomía y Ofrendas

¿Sabías que la Biblia nos enseña que la manera en que administramos nuestro dinero determina cuánto Dios puede bendecirnos? De hecho, Cristo lo dijo, sin duda porque sabía que la manera en que administramos nuestro dinero evidencia dónde están nuestro corazón y nuestras prioridades. Además, la Escritura nos enseña que si no administramos bien nuestro dinero, ¡Dios no nos puede confiar verdaderas bendiciones espirituales!

«Por eso, si ustedes no han sido honrados en el uso de las riquezas mundanas, ¿quién les confiará las verdaderas?» (Lucas 16:11, NVI).

VERDADERAS RIQUEZAS = BENDICIONES ESPIRITUALES

En otras palabras, nuestra responsabilidad personal con las riquezas mundanas (el dinero) determina cuánto Dios nos puede dar de su bendición (las verdaderas riquezas). Con esa comprensión, consideremos algunas de las estrategias administrativas que recomienda la Biblia.

LA IMPORTANCIA DE ELABORAR UN PRESUPUESTO

¡La Biblia apoya la importancia de elaborar un presupuesto para planificar tus gastos! Proverbios nos enseña: «Mantente al tanto del estado de tus rebaños y entrégate de lleno al cuidado de tus ganados» (Proverbios 27:23, NTV). Es interesante que, cuando Salomón escribió estas palabras, todos tenían sus activos invertidos en rebaños. Hoy, Salomón diría algo así como: «Conoce dónde están tus activos, y ten en claro cómo estás gastando tu dinero». 

La Escritura también nos enseña que presupuestemos con cuidado. 

«Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad» (Proverbios 21:5, NTV).

¡La libertad económica no tiene que ver con cuánto dinero ganas sino más bien con cuánto estás gastando! Sin duda es importante saber cuánto dinero ganas, pero es crucial observar con cuidado cuánto gastas. 

«Los sabios tienen riquezas y lujos, pero los necios gastan todo lo que consiguen» (Proverbios 21:20, NTV).

LA IMPORTANCIA DE AHORRAR

La Escritura también enseña la importancia de ahorrar. Ahorrar para el futuro, en particular: 

«Los sabios tienen riquezas y lujos, pero los necios gastan todo lo que consiguen» (Proverbios 21:20, NTV).

Permíteme decirlo de nuevo, la Biblia dice que es sabio ahorrar. 

«El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece» (Proverbios 13:11, NVI).

Te recomiendo encarecidamente que te fijes y consideres las distintas opciones que ofrece Financial Solutions de las Asambleas de Dios (AGFS, por su sigla en inglés). Esta organización ha demostrado ser muy efectiva en proveer servicios de inversión personalizados para la jubilación, las inversiones, las donaciones planificadas y el seguro de vida. En lo personal, estoy muy satisfecho con el servicio y los resultados que he recibido de AGFS. Ahorrar no es solo bíblico, ¡sino también práctico! Desde una temprana edad, a mí me enseñaron que «cuando tu gasto excede tu ingreso, tu costo de mantenimiento será tu ruina». 

LA IMPORTANCIA DE DAR

Al hablar acerca de ser dadivoso, no me estoy refiriendo al diezmo dado que, al fin y al cabo, el diezmo le pertenece al Señor. 

«La décima parte de los productos de la tierra, ya sea grano de los campos o fruto de los árboles, le pertenece al Señor y debe ser apartada, es santa para el Señor» (Levítico 27:30, NTV).

Quiero alentarte a que seas una persona generosa con el resto del 90% que el Señor te da el privilegio de administrar. Cuando piensas al respecto, la verdadera prueba de la administración NO se trata tanto de lo que nuestro dinero está haciendo por nosotros, ¡sino más bien de lo que nuestro dinero nos está haciendo a nosotros! Por lo general, la gente generosa es más feliz... ¡la gente tacaña es infeliz! Piénsalo... ¿Sabes cuál es la raíz de la palabra miserable? ¡MISER! («avaro» en inglés).

Cuando doy, reconozco que Dios es dueño de todo y que, a través de mi dadivosidad, Dios cuidará de mí. «Del Señor es la tierra y todo cuanto hay en ella, el mundo y cuantos lo habitan» (Salmos 24:1, NVI).

Considera estos dos versículos: 

«Unos dan a manos llenas, y reciben más de lo que dan; otros ni sus deudas pagan, y acaban en la miseria» (Proverbios 11:24, DHH).

«Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad de ustedes conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús» (Filipenses 4:19, RVA-2015).

Al reflexionar sobre este principio, me doy cuenta de que...

¡Doy porque quiero la bendición de Dios en mi vida! ¡Dios no puede bendecir lo que no le damos!

Doy a las misiones, a los ministerios y a causas y pedidos especiales del Reino porque quiero tener algo en el cielo esperándome. 

Lo que gasto en esta vida desaparecerá con el tiempo, pero cuando doy a causa del Reino... ¡eso me estará esperando! «Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar» (Mateo 6:20, NTV).

¡Quiero ser sano a nivel emocional! Quiero tener contentamiento. «Disfruta de lo que tienes en lugar de desear lo que no tienes; soñar con tener cada vez más no tiene sentido, es como perseguir el viento» (Eclesiastés 6:9, NTV).

El contentamiento es muy importante en la vida y el ministerio. Afortunadamente, ¡Pablo nos recuerda que el contentamiento es un comportamiento aprendido! Administrar nuestro dinero es crucial. Gracias a Dios, hay una guía escritural clara y recursos, por ejemplo, los que provee AGFS, para ayudarnos a ser buenos administradores de lo que Dios nos ha confiado. 

Recuerda esto: una manera de protegerte de cualquier estrés innecesario, de la frustración, la ansiedad y la depresión, ¡es administrando tu dinero bíblicamente!
 

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2020 por el Concilio General de las Asambleas de Dios