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Construcción y expansión de la iglesia

Publicado en Liderazgo de la iglesia

¿A quién llamo primero: al banco, al arquitecto o a la constructora?

Ésta es una de las preguntas más comunes que hacen las iglesias. Para conseguir un préstamo, el banco quiere saber el costo del proyecto. Para obtener el costo del proyecto, necesitas una constructora, pero la constructora necesita un diseño, lo cual requiere que haya un arquitecto. ¡Para pagar al arquitecto uno necesita un préstamo del banco!

Por tanto, sabes que necesitas un banco, una constructora y un proyectista (una persona que elabora planos). ¿Pero a quién llamas primero? ¿Es importante a qué banco, constructora o proyectista llamas? Sí, importa mucho, y puede marcar una gran diferencia en tu proyecto y tu ministerio. 

La visión de Dios para el ministerio

Primero, antes de hacer cualquier llamada telefónica, reflexiona sobre la visión que Dios te ha dado para tu ministerio. Considera tu misión, y cómo la instalación apropiada te ayudará a llevarla a cabo. La necesidad del ministerio debería ser siempre el factor que impulse el proyecto de construcción, más allá de su envergadura. Un proyecto debería satisfacer tus necesidades ministeriales, pero también debe ajustarse a los recursos disponibles. 

Los recursos para llevar a cabo la visión

Segundo, recomiendo empezar con una entidad crediticia que esté acostumbrada a trabajar con iglesias. Sus representantes entienden las finanzas, los presupuestos, la visión y el ministerio de la iglesia. Un buen prestamista trabajará contigo para identificar todos tus recursos financieros, y te ayudará a identificar los parámetros de cada uno, es decir, lo que puedes costear. Por lo general, hay tres fuentes de financiamiento para un proyecto: el dinero del cual dispones, el dinero que recaudas y el dinero que tomas prestado. 

El dinero del cual dispones es lo que se aparta en fondos líquidos para el proyecto. Haz una clara distinción entre este dinero y el efectivo en mano para el funcionamiento de la iglesia y/o las emergencias. No agotes tu efectivo operativo con el fin de construir. Eso puede paralizar tu ministerio. 

El dinero que recaudas a través de una campaña de administración viene de tu congregación y de tus colaboradores ministeriales que están dando a un proyecto o propósito específico. Tu prestamista o asesor administrativo te puede ayudar a evaluar este potencial y a determinar objetivos realistas.

El dinero que tomas prestado debe considerarse a la luz de tus ministerios, las ofrendas misioneras, los salarios y otros gastos. La deuda es un asunto serio... algunos prestamistas identifican todo tu ingreso como una fuente de pago potencial de deuda. Esto es arriesgado, ya que puedes poner en peligro tus compromisos financieros con varios ministerios y con las misiones. Un buen prestamista no simplemente hablará acerca de lo que puedes pedir prestado, sino de cuánto deberías pedir prestado. 

Habla de una estrategia de financiación en vez de un mero préstamo. Una buena estrategia por lo general incluye las dos o tres fuentes de financiamiento antes mencionadas.

Después de identificar claramente tus necesidades ministeriales y recursos económicos, tendrás un marco a través del cual podrás acercarte a un proyectista y a una constructora para hablar de un proyecto que responda a tus necesidades ministeriales y tu viabilidad económica... ése es el siguiente paso.

Considera un enfoque de diseño y construcción para tu proyecto. La buena relación entre el proyectista y la constructora hará que el proyecto siga el curso correcto de su necesidad ministerial y de su vialidad económica, que mencionamos antes. Esto puede materializarse mediante la contratación de una compañía de diseño y construcción de la iglesia, o mediante el enfoque más tradicional de contratar a un arquitecto; de cualquier manera, involucra a una constructora en el proceso. Ésta aporta al proyecto el conocimiento de los precios del mercado actual, garantizando que lo que se está diseñando se ajuste a tu viabilidad económica. 

Enfoque de equipo

Una de las mejores recomendaciones que puedo dar es la siguiente: permite que tu prestamista, proyectista y constructora sirvan como un equipo cooperativo. En vez de que un banco, un proyectista y una constructora realicen servicios por separado, que podrán o no terminar en el mismo lugar, que participen las fuentes de confianza antes mencionadas para que trabajen como un equipo a favor de la iglesia para alcanzar tus objetivos de expansión ministerial de acuerdo con tus recursos. 

Asociarte con expertos en las áreas de diseño, construcción y financiamiento de iglesias te ayudará a garantizar un buen proceso de expansión de instalaciones, ¡que terminará con el proyecto y el precio ideales! Haz que los equipos de ellos sean parte de tu equipo, y mantén la visión de Dios para tu ministerio en el centro. 

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